En febrero, casi 113 millones de usuarios de App Store y Google Play en todo el mundo descargaron TikTok, lo que supone un aumento del 96% respecto al mismo período del año pasado. Según las últimas estimaciones la plataforma ha registrado un verdadero boom, con una tendencia de crecimiento progresivo, desde el inicio de la emergencia mundial causada por el Covid-19, alcanzando su pico más alto, en los distintos países, justo al inicio del confinamiento.

En poco más de 4 años, la plataforma está a punto de alcanzar los 2.000 millones de descargas y tiene millones de usuarios activos en todo el mundo.

TikTok fue lanzado en 2016 por la compañía china ByteDance. En 2017 la compañía compró, por un valor de alrededor de 750 millones de euros Musical.ly, la aplicación que permitía compartir videos cortos de karaoke y coreografías. Luego, en 2018, ByteDance integró las dos plataformas y mantuvo el nombre de TikTok. La aplicación permite subir y compartir videos cortos de 15 segundos, hasta un máximo de 60, contando con tu música favorita de fondo, para cantar, para doblar los personajes y escenas de las películas usando efectos especiales, para capturar el mundo que te rodea, y/o tu cuerpo y tus actuaciones, a menudo extrañas, divertidas, absurdas, en situaciones banales, cotidianas, simples o arriesgadas.

Desde el principio de la pandemia, de hecho, se ha podido detectar un cierto cambio de tendencia en contraste con los usuarios habituales. Se ha definido como la aplicación de la generación Z porque es popular entre los jóvenes y los muy jóvenes, especialmente los niños, pero en los últimos tiempos, también ha sido ampliamente utilizada por universidades y centros de investigación que, a través de la plataforma, mantienen el contacto con sus respectivos destinatarios y, al mismo tiempo, publican actividades y proyectos.

En este período de emergencia, sin embargo, también se utiliza mucho para transmitir toda la información relacionada con el virus. En las últimas semanas TikTok ha iniciado una verdadera colaboración con la Organización Mundial de la Salud y otros organismos que están trabajando para hacer frente a la emergencia del Coronavirus, con el objetivo de compartir contenidos relacionados con el Covid-19, activando una especie de canal «institucional» de transmisión de información. Al mismo tiempo, se siguen compartiendo constantemente los clásicos vídeos que muestran, esencialmente, cómo el mundo, especialmente el de los jóvenes, está experimentando la pandemia. Los vídeos tratan desde como hacerse un peinado, a cómo lavarse las manos, maquillarse, vestirse, jugar, mantenerse en forma, en tiempos del coronavirus, sobre todo a través de imágenes divertidas y con la inevitable música de fondo.

Es como si el gigante chino estuviera canalizando la atención sobre la emergencia, por la cual ha declarado donar hasta 10 millones de euros, precisamente a la OMS. Además, se lanzó el hashtag #coronavirus, con el objetivo de contrarrestar el fenómeno de la difusión de noticias falsas a través de la aplicación. Y aunque en todo el mundo hay muchas voces a favor de la iniciativa, no faltan, sin embargo, quienes miran con perplejidad «la decisión de la OMS de utilizar TikTok para ‘desintoxicar’ la información sobre el coronavirus». Y todo esto, considerando que, hasta el momento, la Organización no ha sido capaz de contribuir en la detención de la propagación del coronavirus desde China hacia el resto del mundo y que continua con la intención de seguir elogiando a China», tal y como informó el Thailand Medical News a principios de marzo de 2020 (https://www.thailandmedical.news/news/who-announces-collaboration-with-tik-tok-for-coronavirus-information-can-they-even-get-any-lower).

Pero la aplicación, a pesar de la controversia, las perplejidades y los peligros, sigue creciendo día tras día, especialmente durante este periodo de cuarentena, probablemente porque en estos días tan extraños, el deseo de recreación y de entretenimiento se sienten aún más, principalmente entre los jóvenes y, como ya hemos señalado anteriormente, entre los niños. A los jóvenes les gusta, y además les gusta mucho; los influencers no pueden evitar utilizarlo, muchos políticos se han convertido en tiktokers convencidos.

La pregunta es ¿por qué da tanto miedo y se ha hablado mal de la aplicación, especialmente hace unos meses, justo antes de que estallara la pandemia? ¿Cuáles son los peligros y riesgos que subsisten en TikTok y respecto a los cuales es necesario prestar atención, incluso en el período en que la aplicación parece tener un alcance principalmente filantrópico, proponiéndose como «colaborador de la seguridad sanitaria»?

Parece una paradoja, pero el mayor peligro radica precisamente en el ámbito de la seguridad; en particular, el de los datos personales y, en general, el de la vida de las personas. Es noticia conocida que, en las primeras semanas del 2020, el Ejército de los Estados Unidos de América prohibió a los militares el uso de esta aplicación en los dispositivos puestos a su disposición por el gobierno, considerando la app como una verdadera amenaza cibernética. Además, la aplicación transmite a menudo mensajes y acciones peligrosas. Se han convertido en peligrosos algunos desafíos virales, que conducen a comportamientos de imitación que ponen en serio peligro la seguridad de las personas. Hace unos meses surgió el reto Skullbreaker Challenge (“Reto Rompe cráneos”), que a pesar del riesgo literal de “romperse la cabeza», ha tenido mucho éxito en las redes sociales durante varias semanas, en todo el mundo. Después llegó, junto con el virus Covid-19, el video viral en el que se esperaba que el protagonista lamiese un inodoro, sin importarle el posible contagio del virus. Por otra parte está el peligro de la pedofilia, siempre al acecho.
Muchos de esos videos, de hecho, proponen imágenes de jóvenes que exponen sus cuerpos, atrayendo a los malintencionados de las redes.

En la India, se prohibió la aplicación durante dos semanas, en abril de 2019, precisamente por el contenido pornográfico al que estaba expuesto el público joven y, por tanto, por el peligro de exponerse a la pornografía infantil y al acoso cibernético. Sin embargo, a pesar de ello, el mercado indio sigue siendo uno de los principales mercados, con 323 millones de descargas en 2019, lo que equivale al 44% del total.

Es un hecho que esta app es muy popular entre los muy jóvenes. Pero TikTok ¿es una aplicación social adecuada para los niños? ¿Por qué les fascina tanto? A los niños les atrae el deseo de divertirse, de disfrutar; el riesgo, junto con la visión de un contenido impropio e inadecuado, es que todo esto se convierta en una carrera por el enésimo like y aumentar así el número de seguidores y conseguir consenso.
Sin embargo, no se excluye que vengan, en cambio, tantas desavenencias provocadas precisamente por esas imágenes, y que lleguemos a la desaprobación, a verdaderas injurias, insultos, amenazas, que hieren la dignidad de la persona. Es el caso del acoso cibernético, un fenómeno que también está muy extendido en la app y que, en cualquier caso, es siempre difícil de controlar.

En realidad, un niño no es capaz de comprender y entender plenamente todos los peligros que conlleva la visualización de su propia actuación; o cómo la visualización continua de ciertas imágenes, hábitos y comportamientos pueda influir en sus hábitos y comportamientos en la vida real. A pesar de esto, hay muchos niños que pasan sus días viendo TikTok.

TikTok es un desafío en sí mismo. Más allá de los challenges, de los retos que arrasan en la plataforma, el desafío al que nos llama la difusión de la aplicación es bien distinto. Es un reto que debe involucrar especialmente a los adultos, y sobre todo a los padres y educadores, para que acompañen a los niños en la creación y visualización del contenido que ofrecen las redes sociales. Esto no es fácil, porque los niños prefieren hacerlo ellos mismos y no soportan intrusiones y controles de sus mayore y, en situaciones de estrés y tensión colectiva, será aún más complicado. Pero este es precisamente el desafío: asegurarse de que no es, y no aparece, como un control, o incluso como una supervisión, sino, realmente, como un compartir, un estar juntos, en «modalidad TikTok». Por supuesto esto no se puede improvisar. Tal vez sea utópico pensar que, de un día para otro, esta “regla” compartida pueda ser aplicada y, sobre todo, aceptada por los jóvenes. Puede que se necesite mucha paciencia y determinación. Hacer que los jóvenes sientan curiosidad por descifrar determinados mensajes, inherentes a ciertos contenidos, puede ser un primer paso. Se puede empezar con los vídeos divertidos, los «aparentemente» más banales, o los obviamente peligrosos, para iniciar una discusión conjunta. También uno puede proponerse ser el «director» de videos hechos específicamente por niños, tratando de construir una relación de confianza mutua y de intercambio de opiniones sobre una de las muchas realidades de nuestro mundo, de nuestra vida de manera que esa realidad no «invada” también la vida de nuestros niños, sino que se pueda realmente controlar, de manera consciente, su utilización y su goce.

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