La presencia de la mujer en los medios sigue siendo un campo de estudio importante. Vivimos un momento en el que la presencia de lo femenino en las distintas áreas de la comunicación y el entretenimiento merece una especial atención y una profunda reflexión. Expongo las conclusiones de dos estudios que analizan cuestiones relevantes sobre la influencia que tienen determinados contenidos en la mujer.

En el primer artículo — Positive Female Role-Models Eliminate Negative Effects of Sexually Violent Media, Ferguson, C. J., en Journal of Communication 62 (2012), pp. 888-899 — el autor examina el impacto de contenidos de los medios con representaciones sexuales violentas. Fergunson analizó las actitudes negativas hacia las mujeres en relación con los hombres y las respuestas de ellas frente a estos contenidos. En este estudio — realizado en su totalidad en EEUU — los participantes vieron episodios completos con tres tipos de contenido: espectáculos neutros, espectáculos sexuales violentos con representaciones negativas de mujeres subordinadas o sumisas y espectáculos sexuales violentos que ofrecen personajes femeninos fuertes e independientes.

Las mujeres que vieron representaciones negativas mostraron mayor ansiedad en comparación con el grupo que observó personajes femeninos positivos y con el neutral. Los hombres mostraron un efecto inverso: sufrieron menos ansiedad con representaciones femeninas negativas y mostraron más ansiedad con las representaciones femeninas positivas. Además, aquellos que vieron las representaciones de tipo negativo llegaron a mostrar más actitudes nocivas hacia las mujeres, efecto este último que no se observó en los programas violentos sexualmente con representaciones positivas de las mujeres. Ferguson señala que “puede ser que las representaciones negativas de las mujeres despierten estereotipos negativos que algunos hombres tienen sobre las mujeres, mientras que las representaciones positivas los desafíen”. Con relación a las mujeres “podría decirse que las imágenes negativas de las mujeres pueden recordarles el sexismo y los estereotipos que pueden ser una amenaza a su deseo de estima y de trato”. Además, según las conclusiones de las que se desprende el estudio, “las representaciones negativas de la mujer en los medios con violencia sexual pueden provocar entre las mujeres una especie de leve reacción a esas imágenes negativas, fomentando un sentido de la solidariedad femenina frente a las representaciones sexistas o misóginas”. Estos resultados llevarían a pensar que los efectos tienen más que ver con la forma con que se las representa que con los contenidos violentos o sexuales en sí mismos.

En el otro estudio analizado — Understanding Sexual Objectification: A Comprehensive Approach Toward Media Exposure and Girls’ Internalization of Beauty Ideals, Self-Objectification, and Body Surveillance, Vandenbosch, L. y Eggermont, S., en Journal of Communication 62 (2012), pp. 869-887 — los autores examinaron la exposición a contenidos musicales en televisión con referencias de tipo sexual, en programas televisivos en horario de máxima audiencia, en revistas de moda y redes sociales. Estudiaron la interiorización en cada mujer de los modelos de belleza socialmente propuestos por esos programas, la forma de construcción del “yo” y la auto-observación del cuerpo entre las adolescentes como efecto de esa representaciones..

Vandenbosch y Eggermont sostienen que la exposición a medios de comunicación son un medio de objetivación sexual y de interiorización de modelos de belleza, sobre todo femeninos. Cabe señalar, como nota destacable en esos estudios, que estas consecuencias parecen diferir según los medios en los que se muestren los contenidos.

Según Vandenbosch y Eggermont la interiorización de los ideales de belleza y de la formación de la personalidad están directamente relacionadas con casi todos los tipos de exposición a los medios y “parece actuar como pivote entre la exposición a los medios de comunicación por un lado y la auto-objetivación y la vigilancia del cuerpo por otro lado”. En definitiva, esto lleva a una continua evaluación de la apariencia.

Limitaciones de ambos estudios

Cabría establecer una serie de limitaciones principales en los dos textos analizados. En primer lugar considero que el tamaño muestral no ha sido lo suficientemente amplio como para establecer resultados concluyentes, es decir, estos estudios no han contado con un número muy significativo de participantes en ambos casos — en el primero se contó con tan solo 150 participantes y en el segundo con 538 —. En segundo lugar observamos una limitación geográfica ya que los resultados sólo se han recogido en una área limitada, en este sentido las conclusiones pueden estar sesgadas por condicionantes culturales. Además, no existen datos para poder realizar una comparativa o hacer un análisis más exhaustivo.

Conclusiones finales

A pesar de las limitaciones anteriores podemos emplear los resultados del estudio para enunciar una importante conclusión final: los contenidos negativos que contienen ciertos medios de comunicación — sobre todo los que tienen connotaciones sexuales y violentas hacia las mujeres — tienen una influencia negativa, directa y duradera. El diseño y contenido de los medios audiovisuales y de otro tipo tales como los impresos o Internet, deberían prestar por tanto especial consideración al correcto tratamiento de las imágenes asociadas a la mujer y al significado que a éstas se les atribuye.

Los resultados obtenidos en los dos estudios muestran la importancia de los medios de comunicación como transmisores de ideales de belleza y de cánones que muchas mujeres adoptan, sobre todo durante la adolescencia. A menudo los medios modelos irreales o incluso negativos como si fueran universalmente válidos, cuando en realidad son ideales que no contribuyen a un desarrollo pleno y respetuoso de las mujeres.

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