Educar a los hijos es hoy más complicado. La familia y la escuela son sustituidas en buena medida por otros poderosos agentes de educación, los medios de comunicación social, más influyentes ahora gracias a la tecnología digital. Los chicos acceden a informaciones, conocimientos y contenidos con total autonomía, sin el filtro de la mediación de los padres. En este nuevo escenario, ¿cómo pueden educar los padres?

Más que complicado, yo diría que es más emocionante, enriquecedor y requiere un mayor compromiso e involucración por parte de los padres.Tenemos que estar mejor formados y estar más disponibles a nuestros hijos, inclusive utilizando los medios tecnológicos de los que disponemos. Los padres estaremos siempre presentes en sus vidas independientemente de donde estén y de lo que hagan.En las escuelas hablamos constantemente de que hay que potenciar la comunicación y la confianza de nuestros hijos desde muy temprana edad, tan temprana como la concepción. Y la herramienta más eficaz es el ejemplo, sin él nuestra credibilidad frente a nuestros hijos disminuye o desaparece. Si yo tuviera que escoger ser padre ayer, hoy o mañana, escogería mañana ya que la involucración de los padres en la educación va en aumento de forma exponencial, por lo tanto ese vínculo entre los padres y los hijos aumenta, siendo mucho más enriquecedor para todas las partes.


¿Cómo educar a nuestros hijos en un uso responsable de los medios? ¿Cómo se puede entrenar la voluntad en esta dirección?

Que nos vean como los usamos nosotros y que los usemos juntos. Que sepan que los medios no son malos, sino que como cualquier otro instrumento se puede usar para el bien o para el mal y que la libertad que Dios nos ha dado es la que nos permite poder escoger hacer su voluntad o no hacerla, en esto como en todo. Y recordemos que la voluntad de Dios coincide siempre con lo que es mejor para nosotros como personas y en nuestro camino al Cielo. Hablemos con ellos sobre el tema, busquemos momentos apropiados para hacerlo, una película, un trabajo, una noticia, etc., donde se vean ejemplos de utilización buenas y malas de la tecnología. Ayudémosles a formar su criterio en este tema como en otros muchos.

Acudamos a las fuentes disponibles para formarnos sobre el tema. A este propósito, recomiendo un libro de Alfredo Abad Domingo en la colección hacer familia de ediciones Palabra que se titula Nuevas tecnologías. Claves, información y consejos para una educación 2.0.

¿Qué importancia tiene el diálogo entre padres e hijos en un proyecto educativo familiar?

El diálogo entre los padres y los hijos es fundamental. Pero este diálogo tiene que ser de dos vías, de los hijos para con los padres y de los padres para con los hijos. Y desde muy temprana edad. El diálogo es contarles nuestras cosas del día a día, nuestras preocupaciones y nuestras alegrías, dándoles a ellos también tiempo para que hagan lo mismo con las suyas. No es una interrogación del KGB comunista.

Evidentemente este ejercicio tiene que ser inteligente y apoyado de la voluntad de forma continua, adaptándolo evidentemente a la edad de nuestros hijos.

No es solo problema de calidad de tiempo es también problema de tiempo. Los periodos sensitivos de nuestros hijos son oportunidades fantásticas para potenciar y crear esos lazos de comunicación con ellos. En esos periodos están más predispuestos a aprender y a confiar en nosotros y, si les ayudamos a que los potencien, se crean unos lazos que el día de mañana serán difíciles de romper. En definitiva, conocer a nuestros hijos y que ellos nos conozcan.

Para terminar. Entre avalanchas de correos diarios, mensajes de Whatsapp, notificaciones en Facebook, quizá valga la pena detenernos un momento, desconectar el teléfono y reflexionar sobre lo que es verdaderamente necesario y lo que, en cambio, lo es menos. ¿Cuáles son sus buenos propósitos digitales para el nuevo año y qué consejos daría a nuestros lectores en esa línea?

Compartamos momentos especiales con nuestros hijos. No podemos decirles que dejen la tecnología a parte si nosotros no somos capaces de hacerlo. Organicemos viajes, vacaciones en la que estemos con nuestros hijos, pero no solo en el mismo sitio, sino compartimento momentos juntos. No vale ir a la playa o a la montaña y ellos se van con sus amigos y nosotros con los nuestros, hagamos viajes en los que hagamos paseos, deportes, juegos, visitas culturales, actividades de caridad, etc. juntos, mano a manos toda la familia e individualmente con dada uno de ellos.

Hay que tener momentos especiales individuales, un paseo, un refresco, una hamburguesa, etc., momentos en los que se sienten especiales y ambos nos podamos abrir a contarnos cosas y compartir experiencias.

Por último, hay que decir que el primer apostolado de todo padre y madre empieza en la familia con nuestro esposo y luego con nuestros hijos. Si los padres cristianos hiciéramos mejor nuestra labor de educadores y catequistas le podríamos dar la vuelta a la sociedad como a un calcetín.

Y para este trabajo existen las escuelas de familia como Far-Familia (el IEEE en Italia). Estamos encantados de ayudar a los padres que quieran formarse y a la vez disfrutar con la educación de los hijos. La mejor forma que los padres tenemos de cooperar con Dios en la creación es formar bien a nuestros hijos, una verdadera vocación cristiana.

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