Luciano Verdone. I figli della rete. Paoline, 2011, pp.
40.

«I Figli della rete» es un volumen de estilo ágil y directo, rico de puntos
de reflexión, capaz de enmarcar los temas principales del debate pedagógico
contemporáneo en pocas páginas.

Los niños y jóvenes de hoy, inmersos desde la infancia en ambientes
poblados por viejos y nuevos medios que son capaces de transmitir de forma
generalizada patrones culturales y de comportamiento, se enfrentan a los
retos de la vida en un desierto de valores y de testimonios, frecuentemente
descuidados por los adultos que a menudo son torpes y tendentes a
renunciar, incapaces de proponer horizontes compartidos a los que mirar con
confianza. Pero salir de este nihilismo, de esta «noche de los valores» es
posible, a condición de que la educación, la gran enferma de esta era, se
convierta de nuevo en una necesidad prioritaria para los padres y maestros,
en «un reto cultural y un signo de los tiempos» como la ha definido
recientemente el cardenal Bagnasco.

El autor del texto, profesor de psicología y filosofía, conoce bien las
nuevas generaciones y los temas relacionados con la llamada «emergencia
educativa». Párrafo tras párrafo, el lector se introduce en ellos pudiendo
captar los aspectos más destacados. El apelo a la responsabilidad
educativa, que compromete a recuperar ese «valor de educar», puesto a
prueba por la difusión del relativismo ético y de un enfoque
espontaneístico e individualista, está dirigido principalmente a la
familia, seno de la vida y «escuela de humanidad», fundada sobre el
matrimonio entre un hombre y una mujer. Y exige que la paternidad retome
sus funciones originarias y principales, tratándose de un ejercicio
educativo que involucra al padre y a la madre a realizar una acción de
autoridad, aunque distinta y complementaria a la vez, que no tiene miedo
del cansancio y del sacrificio, y que necesita el apoyo de otras
instanciass educativas, comenzando por la escuela, bajo la bandera de una
alianza fundamental entre familia y sociedad.

Pero, como revela el mismo título del libro, una jugada importante de la
partida se desarrolla en el ámbito de las cuestiones que giran en torno a
la utilización de los viejos y nuevos medios de comunicación. Encerrados en
la intimidad de sus habitaciones, nuestros hijos crecen en estrecho
contacto con la tecnología: desde la televisión al ordenador, las pantallas
se multiplican y se prestan a un uso solitario del que con frecuencia los
adultos saben poco o nada. Entregar a las olas del mar digital
ultra-modernos mensajes relacionales y cognitivos en botella, dejando que a
galope de bit se alimenten de omnipresente inmediatez, no es algo malo en
sí mismo; como no lo es entretenerse viendo la televisión. Sin embargo,
como señala el autor, en su sobreponerse al mundo de las relaciones cara a
cara lleno de oportunidades, el ambiente de los medios de comunicación
presenta insidias que deben ser tenidas en cuenta por los padres in primis, mediante la activación de una «pedagogía de las
defensas externas e internas» basada en el acompañamiento y la supervisión.
Por lo tanto, hace falta más educación y menos adiestramiento para obtener
un crecimiento disciplinado y consciente que sepa combinar libertad y
responsabilidad. En otras palabras, el reto difícil y apasionante que desde
siempre abre a la plenitud de la vida.

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