Candy Crush Saga: ¿Qué hay detrás de los caramelos? Un viaje a través de la obsesión, la adicción y la soledad
¿Qué es Candy Crush Saga?
Candy Crush Saga es una de las aplicaciones gratuitas más descargadas de todos los tiempos.
Más de 50 millones de personas lo juegan constantemente en sus dispositivos, mientras están en el autobús, en la estación de metro, en la cola de la oficina de correos o esperando para ver al dentista.
Se juegan hasta 600 millones de partidos al día. De hecho, Candy Crush Saga se ha extendido como un virus. Todos lo disfrutan, sin fronteras generacionales. Desde niños hasta amas de casa, desde directivos hasta estudiantes universitarios.
Y ahí está la revolución, en tener seguidores apasionados en un público tradicionalmente poco aficionado a los videojuegos y que casi los ha tratado con hostilidad, como es el caso de las mujeres. Sin embargo, ahora las amas de casa e incluso los jubilados son los típicos jugadores de Candy Crush Saga.
Candy Crush Saga: ¿qué se esconde detrás de esos coloridos caramelos?
¿Cómo se explica este éxito y sobre todo cómo Candy Crush Saga ha sabido seducir a un público femenino que, hasta hace unos años, se burlaba de los hombres hipnotizados frente a una videoconsola?
Ciertamente, la proliferación de los teléfonos inteligentes y la eliminación de los costes de navegación por Internet móvil ha facilitado la penetración de los videojuegos en todos los grupos de edad, no sólo entre los niños sino también entre los adultos, a los que se juega, por ejemplo, mientras se espera en una tediosa cola mientras parte de la vida cotidiana.
Pero hay algo más. La dinámica del juego es básica e inferior a la de muchos otros. Se trata de superar niveles no especialmente complejos alineando tres caramelos del mismo color en vertical u horizontal. Además, Candy Crush Saga no cuenta con gráficos sobresalientes ni innovadores; más bien es tan elemental y básico como los primeros videojuegos de los años 1980. ¿Sé por qué tanto éxito? El secreto está en el factor psicológico. Así lo reveló el Financial Times, quien analizó los factores detrás del fenómeno Candy Crush. Luego, The Guardian continuó el estudio y profundizó más en los elementos neurocientíficos en un artículo titulado Esto es lo que Candy Crush Saga le hace a tu cerebro.
Según el periódico británico, la respuesta está en los inocentes caramelos coloridos y los gráficos sencillos. Detrás de los colores y formas brillantes que evocan nuestra infancia, se esconde un estudio psicológico y neurológico profundo y específico del cerebro y el alma humana. Los colores vibrantes de los caramelos y el mecanismo del juego se basan principalmente en reflejos primarios de entrada y salida, mientras envían continuamente estímulos neurológicos estresantes a nuestro cerebro. Casi como ligeras descargas eléctricas, que nos animan constantemente a actuar. Por eso nos atrae tanto jugar con estos caramelos, y por eso es tan difícil dejar de hacerlo.
Pero hay más. El juego aprovecha y moviliza cinco emociones humanas simultáneamente: frustración, gratificación, curiosidad, deseo y disfrute. En particular, estimula el agotamiento de los dos primeros. El secreto de la adicción reside en saber estimular de forma experta los sentimientos tándem de frustración y gratificación. Por un lado, Candy Crush Saga provoca una profunda frustración en los jugadores cuando se quedan estancados en un determinado nivel del juego. Por otro, son recompensados cuando finalmente logran alcanzar un nivel superior.
Este logro viene acompañado de una potente inyección de adrenalina que aporta una sensación de alivio y satisfacción, e induce, como una droga, a continuar. Está claro, desde un punto de vista psicológico, que Candy Crush Saga no inventó nada nuevo. La activación de emociones es la base de todo videojuego, como ya comentamos anteriormente en nuestro ‘Videojuegos y entorno, instrucciones de uso’.
Sin embargo, Candy Crush Saga logra hacerlo mejor que otros, de una manera más subliminal, usando los dulces como un ariete, desde los colores fuertes y vibrantes para aprovechar las emociones y los deseos más profundos y ocultos, e incluso despertar aquellos que han permanecido dormidos desde el días de la niñez.
Candy Crush Saga: señales peligrosas de adicción y soledad
El mecanismo psicológico es infernal y sin autocontrol el riesgo de dependencia es muy alto. Si, de hecho, la pregunta más común entre amigos ya no es «¿cómo estás?» sino más bien “¿en qué nivel estás?” o se siente un placer casi físico y también mental al chocar caramelos de forma cuadrada con aquellos que son redondos y aplastarlos en pedazos, significa que nosotros también estamos en el vórtice.
Los amigos que suelen jugar al Candy Crush admiten haber pasado por la euforia o la depresión, dependiendo del resultado del juego, exactamente como descubrió el Financial Times. Cuando ganas te sientes un genio, si pierdes, un don nadie. Todo es en gran medida una cuestión de autoestima.
Todos estos son signos peligrosos de adicción. De hecho, hace falta muy poco para pasar de un simple e inofensivo pasatiempo a una obsesión, una obsesión que incluso te mantiene despierto por la noche. La línea es delgada y puede tomar poco para ir más allá. Es como una droga que afecta, como hemos visto, a consumidores de todas las edades, pero especialmente a las mujeres, quizás más propensas y vulnerables a estas dinámicas de estimulación exagerada de las emociones latentes. Seguramente la soledad, cada vez más frecuente hoy en día en nuestra sociedad, proporciona un terreno fértil para este tipo de adicción, de la que lamentablemente nadie puede escapar sin una fuerte autodisciplina y defensas.