¿Tiene la familia un rol dentro de la Iglesia? ¿Es él un testigo de la fe cristiana? La pasada primavera tuvo lugar en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma una jornada particular de estudio con un enfoque interdisciplinar donde se abordó la relación entre familia e Iglesia.

Se ha reflexionado sobre el rol de la familia en la misión de la Iglesia “no tanto como destinataria de la acción pastoral, sino como sujeto de la misma misión”, como ha explicado el profesor Miguel Ángel Ortiz en la presentación del acto.

“Se puede confirmar que son sobre todo los laicos quienes viven un apostolado que es esencialmente un testimonio en la vida concreta de todos los días”, ha subrayado la profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio vaticano de los laicos, la familia y la vida, evidenciando en su intervención la dimensión apostólica de la Iglesia doméstica y la “corresponsabilidad eclesial de los fieles laicos”.

La crisis que la familia está viviendo es sustancialmente una crisis de las relaciones, que son cada vez más frágiles y con mayores dificultades para resistir el impulso individualista que parece caracterizar la sociedad en la que vivimos. La profesora Stefania Garassini, docente de Content Management y Digital Journalism en la Universidad Católica de Milán, ha explicado en su intervención los valores y contravalores presentes en las narrativas familiares de algunas de las series de televisión de mayor éxito a nivel internacional. “En la valoración de la imagen de la familia que nos ofrecen las series de televisión, es necesario tener en cuenta algunas características de la narración serial – explica la profesora Garassini – como la capacidad que ésta ha adquirido para retratar la psicología de los personajes, “realizando un profundo análisis psicológico de sus motivaciones y la tendencia a plasmar situaciones y héroes en los que prevalen los aspectos negativos, los lados oscuros […] de esto deriva un retrato de pareja y de familia que privilegia las instancias individuales respecto al mantenimiento de la unión, así como que sea ‘una auténtica rareza’ encontrarse la normalidad de la vida de una familia ambientada en nuestros días”.

La intensa jornada de reflexión se reanudó por la tarde con la intervención del profesor Héctor Franceschi, catedrático de Derecho Matrimonial Canónico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz sobre “los derechos y deberes de la familia en la misión evangelizadora: en la Iglesia y en la sociedad civil”.

Según Franceschi, en la misión evangelizadora de la familia son fundamentales algunos derechos y deberes. “El deber de rezar juntos y participar en la vida litúrgica de la Iglesia, nutriéndose de la Palabra de Dios y de los Sacramentos. El derecho y deber de educar a los propios hijos según los principios cristianos, haciéndoles crecer en la fe y en el conocimiento de Dios. Como padres cristianos, los cónyuges tienen también un deber hacia la sociedad civil, ya que son los primeros formadores de los nuevos ciudadanos ya que, si falta la familia, las consecuencias – como nos está demostrando la experiencia de Occidente – son jóvenes rebeldes, personas que no se preocupan por el bien común, por las leyes para una convivencia justa y pacífica y se desentienden del respeto al prójimo”.

Tras los aspectos jurídico-sociales, se pasó a tratar temas más introspectivos con la intervención del profesor Cesare Conaggia, médico psiquiatra, de la Universidad de los Estudios de Milano-Bicocca. “En su experiencia – ha subrayado – la familia puede convertirse en el lugar de una presencia, no a través de la realización de un recorrido catequético, sino a través de la presencia discreta y cotidiana de la mirada creativa del reconocimiento y de lo positivo en la realidad, que permite el descubrimiento del deseo”.

La iniciativa, rica de ideas para todos aquellos que viven cotidianamente un recorrido familiar de crecimiento dentro de la Iglesia, como comunidad de creyentes en el mundo, se ha mostrado como una nueva etapa del camino que el Papa Francisco ha trazado desde el principio de su pontificado y quien hace poco meses, en junio de 2022, dirigiéndose a las familias en la Jornada Mundial dedicada a ellas, recordaba: cada familia “tiene una misión que cumplir en el mundo, un testimonio que dar” y proseguía “dejaros transformar por Él, para que también vosotros podáis transformar el mundo y que sea ‘hogar’ para quien necesite ser acogido, para quien necesite encontrar a Cristo y sentirse amado”.

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