¿Es prudente colocar aparatos de televisión o consolas para videojuegos en las habitaciones de los niños? ¿Qué dicen los expertos? Si se hace una breve encuesta, se encontrarán más opiniones en contra que a favor, y hay muchas razones … Veamos cuáles son.

¿Por qué es mejor evitar la televisión en el dormitorio?

El psicólogo Douglas Gentile, un especialista que lleva mucho tiempo trabajando en análisis sobre la infancia, ha dirigido un estudio sobre el tema por cuenta de la Iowa State University. La investigación, realizada en Estados Unidos, duró de seis meses a dos años, y los resultados se publicaron en la revista Developmental Psychology. De las conclusiones de la investigación se deduce que no da igual que el televisor esté en el salón o en el dormitorio. En primer lugar, el fácil acceso a la tele lleva a verla más, y los niños duermen, leen y juegan menos.

La tentación de encender la televisión en lugar de hacer otra cosa es mucho más fuerte si está “siempre a mano” y fuera del control de los padres. También se dan un mayor riesgo de obesidad, trastornos del sueño y un menor rendimiento escolar. Además, aumenta el peligro de adicción a las pantallas, sobre todo a los videojuegos.

Acceso libre a la televisión: cuando el niño no sabe gestionar esta responsabilidad

Los niños y jóvenes que tienen la televisión y otros medios de comunicación en sus dormitorios son más “autónomos” a la hora de gestionar los programas que ven y, según el estudio, si se les deja solos, ven más programas violentos, y lo mismo ocurrirá con los videojuegos. A su vez, se vuelven más agresivos. “Poner la televisión en la habitación de los niños significa darles libre acceso a ella las 24 horas del día y, en cierto modo, privatizarla, de modo que los padres tienen menos control sobre cuánto y cómo la usan sus hijos”, afirma el profesor Douglas Gentile. Diversos estudios comparativos demuestran que, al dar a los niños esta autonomía, el número de horas que pasan frente a una pantalla aumenta con el tiempo, llegando hasta 60 horas a la semana.

Trastornos del aprendizaje y aumento del consumo de calorías: dos “efectos secundarios” de la televisión

Las cifras italianas no son muy diferentes a las estadounidenses. En Italia, el 44% de los niños de ocho años tiene un televisor en su habitación, casi la mitad. Y como media, pasan más de tres horas al día delante de una pantalla. Según OKkio alla salute, un proyecto del Istituto Superiore di Sanità, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre los niños italianos es preocupantemente alta, y este problema está vinculado de alguna manera a lam difusión de hábitos alimentarios incorrectos y al sedentarismo: entre estos comportamientos, se menciona el tiempo que pasan delante de la televisión.

Los niños que ven la televisión durante muchas horas tienen mayor riesgo de sobrepeso y pueden desarrollar trastornos de aprendizaje y concentración. Si la televisión fomenta un estilo de vida sedentario, la obesidad también está relacionada con otro fenómeno: el periodo de inactividad física frente a la pantalla del televisor lleva a un aumento de la ingesta de calorías durante esos momentos de inactividad: cuando ven la tele los niños son más propensos a comer, porque no están trabajando en nada. En cuanto a los factores de riesgo conductuales, el exceso de consumo de televisión se asocia a la presencia del televisor en la habitación del niño.

Limitar el tiempo frente al televisor, dentro y fuera de la habitación

El filósofo Karl Popper tituló un ensayo “La televisión es mala maestra” (1994). Estaremos de acuerdo con él, si no sabemos poner límites a su uso. Además de que es importante seleccionar los programas, la experiencia muestra que limitar el tiempo que los niños pasan delante de la televisión ayuda a reducir su índice de masa corporal, y esto se correlaciona con una disminución de la ingesta de calorías; los experimentos realizados en Estados Unidos denotan que, implicando activamente a las familias, es posible limitar a dos horas el tiempo que los niños pasan viendo la tele. La televisión debe ser una actividad entre otras, no la principal del día Estaría bien ver la televisión como una actividad para hacer juntos. Ver una película o un programa en familia, en la sala de estar, quizá comentándolo, puede unirnos; en cambio, estar solo en una habitación con tu propia tele puede convertirse en una fuente de desunión.

En cualquier caso, si por alguna razón realmente importante, hay que poner un televisor en la habitación -por ejemplo, un hijo con una enfermedad crónica-, hay que tener el control del tiempo, estar atento a lo que ven los hijos y si este aparato crea distancia o genera algunas de las molestias antes mencionadas. La solución a muchos problemas suele estar en el equilibrio y la moderación.

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