Desde hace un tiempo circula en la red un documental – que sería deseable
proyectar en las escuelas o simplemente ver en familia o entre amigos- muy
útil para entender cómo la teoría de género -teoría que sostiene la
inexistencia de una diferencia biológica entre hombres y mujeres y que
pretende llegar a una igualdad uniforme- es científicamente infundada.

El vídeo





(subtítulos en español) ha sido realizado con humor e ironía no por un
periodista científico sino por Harald Meldal Eia, un humorista de la
televisión noruega. Pero esto no significa que su trabajo sea una broma. Su
calidad es de alto nivel, como lo son las personas entrevistadas así como
los estudios científicos de los que se da cuenta.

El reportaje documental parte del el mito de los países escandinavos como
faro de igualdad y de civilización, donde la igualdad de sexos es ya un
hecho social y, además, tan arraigado que los roles masculinos y femeninos
son indeferenciados.

Exactamente lo que sostiene la teoría de género, según la cual los roles de
género son eliminados para liberar a las mujeres de todos esos
condicionamientos sociales, psicológicos, históricos y culturales unidos a
su ser mujeres. La fórmula para realizar una igualdad verdadera y
definitiva entre hombres y mujeres; es esto lo que se ha tratado de hacer
en Noruega en los últimos decenios, a través políticas decididas acerca de
los derechos sociales de la cuarta generación y con programas legislativos
bien precisos donde mujeres y hombres serían ya libres de comportarse y de
elegir de forma realmente igualitaria.

Distintas investigaciones y estudios científicos –que el vídeo propone con
un lenguaje agudamente irónico y divertido- demuestran, sin embargo, que
algo va mal. En un país como Noruega donde la “tasa de igualdad” entre los
dos sexos es tan fuerte y en donde, según las premisas de la teoría del
género, debería haber una paridad sustancial en las inclinaciones y en las
elecciones entre hombres y mujeres, se encuentra al contrario una mayor
diferencia en las preferencias entre los dos grupos, por ejemplo en las
elecciones profesionales. Dicho de otra manera, a pesar de todos los
esfuerzos legislativos para garantizar una perfecta igualdad, los
comportamientos de los dos sexos no reflejan la anhelada igualdad, con
mujeres que continúan eligiendo profesiones tradicionalmente vistas como
“femeninas” (por ejemplo, enfermera) y con hombres que siguen sin embargo
inclinaciones profesionales tradicionalmente “masculinas” (por ejemplo,
ingeniero).

De las investigaciones realizadas surge lo que nunca nadie hubiera
esperado. Es más, entre otras cosas, se constata que, precisamente en los
países donde mayor ha sido la igualdad en la educación impartida a hombres
y mujeres, es donde se verifica una mayor diferencia en las elecciones
decisivas de vida entre los dos sexos. Este es la paradoja noruega, que el
documental presenta con estudios rigurosos y que tienen la fuerza y el
mérito de subrayar la base puramente ideológica y no científica de la
teoría de género.

La conclusión a la que llegan los investigadores en el vídeo es que, en los
países en vías de desarrollo, los trabajos en ámbito tecnológico
–tradicionalmente masculinos- son vistos como el mejor medio de rescate
social o como oportunidad de empleo. Por eso, por ejemplo, en India muchas
mujeres eligen ser ingenieras. Al contrario, en los países más
desarrollados como Noruega, donde sin embargo el nivel de civilización y
bienestar permite hacer elecciones no obligadas por el sueldo o por la
necesidad de sobrevivir, las personas tienden a seguir sus “inclinaciones
naturales”. Por tanto, entre las mujeres se dan porcentajes bastante
mayores de maestras y enfermeras que de ingenieras. En síntesis, donde
existe una mayor libertad educativa y de expresión, mujeres y hombres
expresan sus elecciones diferentemente. Y esta es una refutación de la
teoría de género que asume, por el contrario, que exista una diferencia
solo somática entre hombres y mujeres.

Para colmo de ironías, uno de los efectos inmediatos del documental ha sido
la decisión, por parte del Consejo de ministros del gobierno noruego de
quitar los fondos al Nordic Gender Institute, provocando su
clausura.

Y ahora, antes de dejaros disfrutar de simpatico documental, un último
punto de reflexión: a la luz de los hallazgos de la investigación social
más avanzada que demuestra la persistente natural diferencia entre hombres
y mujeres, ¿no podría ser precisamente esta diversidad la base sobre la que
construir el futuro y la dignidad de toda mujer?

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