En el junio pasado la Plaza San Juan, sede de la catedral de Roma, una de sus iglesias más grandes y representativas, se llenó de familias en ocasión del Family Day, y hubo millares de padres gritando eslóganes como «Defendamos a nuestros hijos» y «Basta ya con el género en las escuelas». Sí, decenas de millares de personas salieron a la calle. Pero no es todo. Llamamientos constantes por Internet, en blogs y redes sociales de muchos padres hartos ya y asustados ante un panorama en donde el Estado introduce el género directamente en las estrategias educativas a largo plazo.

Así es como está el asunto, la fotografía de una situación difícil y confusa que en los últimos meses en Italia se ha venido complicando cada vez más, hasta el punto en que muchos padres se han atrincherado contra la nueva reforma de educación que, más o menos solapadamente, prevé la introducción de la teoría del género en los pupitres de la escuela pública.

Cómplice de esta situación también ha sido una información de mala calidad, que en los últimos meses ha despistado a la opinión pública, dividiéndola.
Ahora con el comienzo del nuevo año escolar, vuelven a asomarse miedos y polémicas que ya han marcado los últimos meses.

Uno de los problemas mayores está en la confusión sufrida por los padres que, a parte de salir a la calle como en el caso de Roma o manifestar su disenso hacia los directores y profesores como en el resto del país, no saben muy bien qué hacer. Lo mismo puede decirse de los docentes que por un lado temen ser considerados enemigos de la libertad y los derechos humanos por no querer divulgar los contenidos de género en sus clases y, por el otro, han de luchar con la resistencia de sus propias conciencias.

Para atender a sus necesidades de apoyo pueden acudir a SOS Ragazzi una ONG que lleva casi 20 años luchando por la defensa de la familia y los derechos de las nuevas generaciones.

Lo que propone SOS Ragazzi es una especie de vademécum de supervivencia dirigido a padres y profesores que a diario han de enfrentarse con las insidias de la escuela pública italiana y la teoría del género. He aquí, algunos consejos de uso para brindarles apoyo.

Para los padres:

– en primer lugar, es preciso que hablen frecuentemente con sus hijos y de lo que hacen en clase. Revisen los avisos de la escuela, el material didáctico propuesto y los deberes asignados para casa;

– aprovechen de todos los canales brindados por la escuela para participar a la vida del instituto, como el Consejo de clase, el comité de padres, la elección de los representantes, las reuniones de las familias. Presten atención al lenguaje usado en los susodichos contextos y a algunas palabras clave como «educación a la identidad de género», «educación a las diferencias» o «lucha contra los estereotipos de género y la discriminación», detrás de las cuales a menudo se esconden contenidos que remiten a la teoría del género;

– y finalmente lo más importante: sean para sus hijos un modelo, una demostración de la belleza de la diversidad y de la complementariedad entre hombre y mujer.

Para los profesores, en cambio, a continuación algunas sugerencia más:

– permanezcan constantemente en contacto con los padres e infórmenlos súbitamente en el caso de que la escuela decida activar cursos cuyos contenidos tengan un trasfondo de género;

– estén pendientes constantemente, sobre todo durante los consejos docentes, los cursos y las iniciativas extracurriculares. Si les parece haber algo que no cuadre, hagan preguntas y pidan aclaraciones;

– si el consejo docente promueve encuentros e invitados con claras remisiones a la teoría del género, encuentren la forma de tomar parte a la iniciativa como acompañantes, intenten tomar nota de los aspectos más críticos y, si pueden, graben los encuentros también con un simple móvil. SOS Ragazzi sabrá echarles una mano sobre qué hacer;

– vuelvan a sacar en clase los asuntos que se han afrontado a lo largo de estos encuentros y, con serenidad y sosiego, retracten los contenidos críticos a partir de los datos que proceden de la realidad, sobre la diversidad entre machos y hembras por ejemplo, que suelen despertar el interés de los chicos.

Es evidente que se trata de pequeños consejos que pueden ser útiles en situaciones particularmente delicadas como es la cuestión de la introducción de contenidos de género en la escuela. Consejos válidos también para los padres españoles, mexicanos, estadounidenses, chilenos, colombianos, en fin de todos aquellos países en donde la escuela se encuentra amenazada y la familia quiere defenderse contra la «colonización ideológica» del género.

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