Los videojuegos se han convertido desde hace tiempo en una forma de entretenimiento para millones de niños. Son muchos quienes los critican, desde padres a psicólogos pasando por asociaciones del sector, subrayando sus efectos negativos. Especialmente el riesgo de adicción, que puede provocar trastornos psicológicos y malestar físico.

Sin embargo, como en todo, los videojuegos, si se utilizan con equilibrio y control, pueden ser beneficiosos y promover aspectos positivos, como ayudar a los niños en su desarrollo intelectual y emocional. De hecho, los videojuegos pueden ser una herramienta muy útil para estimular procesos cognitivos relacionados con la comprensión de información implícita y explícita, el desarrollo del razonamiento inductivo y deductivo, e incluso la resolución de problemas.En general, se reconoce que en muchos entornos de videojuegos, las habilidades que se desarrollan están relacionadas directamente tanto con el pensamiento estratégico como con las habilidades comunicativas y creativas. Es decir, se crean dinámicas de «ejercicio mental» para el desarrollo de numerosas habilidades cognitivas. En definitiva, existe desde hace tiempo toda una literatura a favor de los beneficios que los videojuegos pueden aportar a nuestros hijos.

Familyandmedia, en un estudio realizado en 2016 ha resaltado los aspectos positivos de los videojuegos, como la posibilidad de sociabilidad y del trabajo en equipo, descubriendo que en muchos casos el juego no sea simplemente una pérdida de tiempo, sino también una oportunidad de aprender.

Las 5 ventajas de un buen videojuego

Por supuesto, hay que partir de una premisa básica. No todos los videojuegos son buenos . Están los de acción y combate, que, por su violencia, se deberían evitar. Pero hay otro tipo de videojuegos, como los de estrategia, de deporte, de lógica y sociales que, por el contrario, sí son indicados para los niños y recomendables. Aunque siempre bajo la condición de un uso correcto y moderado, existen categorías de videojuegos que pueden ser beneficiosos para los niños.Veamos cuáles:

    1. Aquellos que son fuente de imaginación y creatividad. Los videojuegos recrean un mundo imaginario en los cuales los personajes, la historia y el ambiente no existen en el mundo real. Esta ficción permite a los niños estimular y mejorar el desarrollo de su capacidad creativa.
    2. Estimulan el desarrollo psicofísico: Los videojuegos desarrollan la percepción sensorial y la coordinación motora y óculo-manual de los niños. Piense, por ejemplo, en los juegos que simulan actividades deportivas como el tenis o el pádel.
    3. Aumentan la destreza: el aumento del nivel de dificultad en un videojuego incrementa paralelamente la habilidad requerida para superarlo. Es una forma de aumentar la confianza y la autoestima del niño al ver cómo es capaz de mejorar poco a poco.
    4. Estimulan la toma de decisiones en situaciones de emergencia. Los videojuegos pueden ser un valioso estímulo para aumentar las capacidades de toma de decisiones y resolución de problemas en diferentes escenarios y contextos, por ejemplo, cuando hay un enigma o se requieren conocimientos matemáticos básicos.
    5. Desarrollan la capacidad de razonamiento y análisis. Los juegos de estrategia, por ejemplo, permiten a los niños desarrollar o utilizar la lógica para resolver problemas y encontrar soluciones de forma pragmática y racional. Muchas veces los niños, en una situación real, son incapaces de tomar una decisión por miedo a las consecuencias si se equivocan. Así, aunque diferenciando entre ficción y realidad, los videojuegos resultan ser una excelente plataforma para fomentar la capacidad de resolver problemas cotidianos y la búsqueda de posibles soluciones o respuestas. Es una forma, fuera del ámbito escolar, de desarrollar en los niños la capacidad de razonar.

5 consejos prácticos para los padres

Por último, queridos padres, aquí tenéis cinco breves consejos prácticos para abordar el mundo de los videojuegos con vuestros hijos.

    1. Es una buena oportunidad para pasar tiempo con tu hijo. Jugar con tus hijos, además de ser una buena excusa para pasar tiempo juntos, es una forma de controlar el contenido de los videojuegos con los que juegan los niños.
    2. Establezcan algunas reglas y límites: En vez de prohibir a tu hijo el uso de videojuegos, es mejor definir una serie de reglas, explicar las consecuencias de saltárselas y ser constantes en su aplicación. De esta forma, el niño irá adquiriendo autocontrol y sentido de la responsabilidad.
    3. Utilizad los controles parentales. Si os preocupan los contenidos inapropiados, como los videojuegos violentos, introducid filtros de Control Parenal. Todas las videoconsolas modernas lo permiten.
    4. ¡Jueguen con vuestro hijo y desafiénle! Jugar es más sencillo de lo que puede parecer. Enciende la consola y déjate guiar por el juego. Así podrás compartir esa experiencia con tus hijos. Desafiarles es la mejor forma de empatizar con ellos.
    5. Adquirir familiaridad con las nuevas tecnologías. Los videojuegos pueden ser una forma divertida de que padres e hijos aprendan juntos sobre las nuevas tecnologías.
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