Colin Brady es un dibujante y director de cine estadounidense que ha trabajado para compañías importantes del mundo de la animación como Pixar e Industrial Light & Magic.

Entre sus trabajos se cuentan Toy Story, Toy Story 2, A Bug’s Life, Men in Black II, Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events y muchos otros.

Usted ha trabajado para Pixar, empresa que define «la calidad como una parte central del propio plan de negocios (business plan)”. ¿Puede explicar el concepto?

Creo que la filosofía de Pixar sigue siendo la misma, aunque ya no trabajo allí. Lo que distingue sus productos es la meticulosidad con la que trabaja todo el equipo. Pueden llegar a invertir grandes recursos económicos y de tiempo, siete años o más, hasta que el producto realizado se considera perfecto para mostrarlo al público. La demostración concreta está en los beneficios, no sólo económicos, obtenidos con la misma cantidad de dinero invertida. Otro aspecto peculiar es que quien dirige la producción de una película sigue los consejos de todos los que intervienen. Creo que el secreto esté precisamente en la sinergia que se instaura entre la escucha recíproca y el trabajo colectivo de todo el equipo. Aquí reside su fuerza.

¿De quién es el mérito del éxito explosivo de Pixar?

Los más renombrados por su prestigio son John Lasseter, Andrew Stanton, Pete Docter, Bob Peterson y Jeff Pidgeon. Todos ellos nombres muy conocidos por el público. Pero hay muchas más personas prácticamente desconocidas, que trabajan en la historia y en la realización de un película. El mismo Steve Jobs merecía mucho crédito pero él siempre dijo: «Yo tendré más reconocimientos de los que merezco». Añadía que su fama permitía a numerosas revistas y periódicos vender muchas copias con que sólo apareciera su cara en la portada. Tanta notoriedad superaba la del gran trabajo de los que están detrás de las escenas de creación de una película. Steve Jobs era humilde porque con esas palabra pretendía resaltar el trabajo realizado por toda la producción. De hecho, una película como Toy Story 2 se creó gracias a la idea de David Fento, cuyo nombre es también poco conocido. Se trata de figuras que no ocupan los niveles de dirección, pero la esencia de Pixar consiste precisamente en el dar voz a todas las categorías profesionales. Cualquiera puede ser escuchado si tiene una buena idea para la elaboración de una película. Generalmente son los mismos medios quienes evidencian exclusivamente el trabajo de unos pocos personajes muy famosos, cuando en realidad hay un gran número de personas detrás de resultados tan extraordinarios.


¿Cómo se une la tendencia de promover los valores de la familia en las películas con su enorme éxito económico?

Este tipo de películas son una inversión óptima. Y en este aspecto están de acuerdo también los no creyentes, ya que se convencen muy fácilmente de que conviene producir películas sobre la familia. Quien se define «anticristiano» también considera las películas sobre la familia una óptima inversión. Por otra parte, en EEUU está creciendo el interés hacia la creación de películas sobre la fe. Se trata de una tendencia buena y que además genera un enorme éxito económico.


¿Por qué piensa que se ha convertido en una tendencia hacer películas de animación dirigidas a la familia?

La animación habla a muchas personas. Es un modo más abstracto, pero también es más fácil para una persona identificarse con un rostro sonriente, dos puntos y el trazo de una sonrisa, más que un actor, que puede gustar o no. La animación se caracteriza por su reclamo universal. Además, con estos productos es también más fácil crear materiales para marketing como sucede con la comida «happy meal» del McDonalds, dedicada a personajes específicos de las películas que están en las salas. Por tanto, las películas de animación o de dibujos animados tienen la ventaja de permanecer impresas con una duración de tiempo mayor, tanto en el cine como en la televisión.

En “Los Increíbles”, ¿hay un modelo particular de familia que ha inspirado a los creadores? ¿Cuáles son los valores que se muestran?

He hablado varias veces con el director de producción de «Los Increíbles». Pienso que en la vida las mejores ideas vienen de las propias vidas cotidianas, verdaderas y auténticas. Puedes transmitir bien sólo lo que sabes y vives cotidianamente. La experiencia de cada persona en familia es trasmisible y universal. Cuanto más se basa una persona en sus propios recuerdos o en las propias experiencias personales, introduciéndolos en la película, mejor es el resultado. Creo que así ha hecho Brad Bird en «Los Increíbles», partiendo de su familia como modelo de inspiración. La inspiración, el talento, hay que verlos desde la perspectiva de servicio a los demás: no basta lamentarse sino ofrecerse y ponerse a disposición de la familia. Sobre todo darse a sí mismo cuando los familiares no lo piden.

¿Por qué ha elegido trabajar en este sector?

No podía desechar este campo; era para mí una necesidad ineludible, una pasión que siempre corrió por mis venas: . A finales de los años 80 comenzó a difundirse la creación de animación a través del ordenador. Durante los años anteriores, en la escuela había conseguido buenos resultados en arte pero no me encontré plenamente satisfecho hasta que comencé a trabajar en la animación con el ordenador. Yo estaba hecho para ese sector y es él quien me ha elegido a mí.

Credits foto: «Mariana I. Arias» Univ Forum

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