¿Parque infantil o smartphone? ¿Qué es mejor para nuestros hijos?
“La inquietud por ofrecer el uso de la tecnología más avanzada a sus hijos -incluso a los más pequeños- afecta a muchos padres”. Naomi Schaefer Riley, madre de tres hijos y ex periodista del New York Post y del Wall Street Journal cuestiona este cliché.
En su libro, Sed padres, por favor. No prohibáis el balancín y empezar a prohibir Snapchat. Estrategias para resolver problemas educativos reales
(Be the Parent, Please: Stop Banning Seesaws and Start Banning Snapchat; Strategies for Solving the REAL Parenting Problems), Riley explora los aspectos positivos y negativos del uso de la tecnología en la familia, particularmente cuando se convierte en el único medio de educar y hacer crecer a sus hijos. Para los padres que intentan formar a sus hijos en este mundo, siempre cambiante y caracterizado por un uso intensivo de la tecnología, es difícil juzgar sobre cn confundidos y resultanñeros, d Estrategias para resolver problemas educativos reales. (ómo educar a los niños de la manera correcta. Riley es perfectamente consciente de ello y en su trabajo destaca lo que cree que debe hacerse y lo que debe evitarse absolutamente.
Cómo usar la tecnología en la educación de nuestros hijos
Para la mayoría de los padres, el uso de la tecnología con los niños parece natural y lógico. Sin embargo, la tecnología cambia constantemente y, para mantenerse al día, los padres, los adolescentes, los niños y incluso los recién nacidos parecen obligados a usarlo a todas horas y estar abiertos a aprender cosas nuevas incesantemente. Sin embargo, el abuso de la tecnología nos puede conducir a malos hábitos, que no son favorables para el crecimiento de nuestros hijos. Muchos padres permiten a sus hijos familiarizarse con la tecnología a una edad temprana para que sean capaces de dominarla de inmediato. Con frecuencia, los padres utilizan video-tutoriales y juegos para bebés y niños, para ayudarles a aprender nuevas cosas pronto, incluso de forma independiente. Sin embargo, ¿cuándo y cómo puede el uso temprano de la tecnología realmente ayudar a nuestros niños?
Riley señala que los videos educativos y otros recursos similares pueden ayudar a nuestros niños, pero nunca podrán reemplazar la interacción y la educación real de los padres. De hecho, todos los estudios pedagógicos muestran que, sin la interacción y la orientación de los padres, los niños que se sientan frente a videojuegos como Plaza Sésamo o el iPad no reciben estímulos útiles para su crecimiento y aprendizaje.
¿Por qué los padres dejan que sus hijos pequeños utilicen la tecnología a una edad tan temprana?
La autora analiza las razones individuales por las que los padres terminan sucumbiendo a la presión de los hijos y les permiten usar la tecnología a una edad temprana. Las razones son varias: para mantenerlos al día y que no se queden atrás de sus compañeros, para distraerlos o mantenerlos ocupados mientras descansan o trabajan. Cualquiera que sea el motivo principal, los padres ven en la tecnología una herramienta de la cual es realmente imposible prescindir.
Otra razón principal por la que los padres permiten que sus hijos usen la tecnología cuando son pequeños, es por oportunidad que ofrecen de estar siempre en comunicación con ellos. Dar un teléfono móvil a un niño permite a los padres controlar a sus hijos más fácilmente.
En definitiva, para muchos padres, es más sencillo dar a sus hijos de nueve o diez años de edad un teléfono celular que negárselo.
Es difícil ser padres cuando la tecnología nos reemplaza en nuestro papel
Con los niños acostumbrados a recibir teléfonos y tablets desde una edad temprana, los padres también pueden encontrar nuevas dificultades debido al abrumador y continuo bombardeo de la tecnología. Al comparar su vida pasada con la de sus hijos, muchos padres sienten inseguridad y piensan que no son capaces de comprender los problemas que la tecnología ha introducido en los adolescentes de hoy en día. Este efecto generalizado de la tecnología ha acentuado también las inseguridades de los niños y ha afectado negativamente a sus emociones.
A los padres les resulta difícil ayudar a sus hijos a superar estos momentos porque sus hijos se distraen constantemente con los mensajes de sus compañeros, con la variedad de influencers que encuentran en internet y en las redes sociales. Por lo tanto, los padres tienen que luchar contra la abrumadora presencia de la tecnología para comunicarse con sus hijos y en este choque, a menudo están desorientados y resultan perdedores.
Conclusiones
Este libro es una llamada de atención para los padres, los maestros y todos los que participan en la educación de los niños. Riley ofrece consejos útiles para reducir el uso de la tecnología, así como ejemplos de la vida real sobre los efectos de la tecnología en padres e hijos. ¿Cuál es el mensaje principal de este libro? La autora recuerda a los padres que no pueden usar solo la tecnología para educar a sus hijos. La tecnología, de hecho, si se utiliza sin sentido común y sin criterio, puede obstaculizar el desarrollo y el crecimiento de los niños. Debemos volver al calor de la interacción humana y dejar a la tecnología el mínimo espacio indispensable.