Lo confieso. Soy cliente habitual de Amazon, pero ¿quién no lo es? Hace falta muy poco: una tarjeta de crédito, un móvil o un ordenador, y un simple click. Y tenemos el mundo directamente en casa, sin perder horas en las tiendas, ni hacer largas colas, ni arriesgarnos a no encontrar lo que buscamos.

Cómo Amazon y otros gigantes de Internet están cambiando el mundo

Los gigantes del e-commerce como Amazon, Alibaba, Ebay y ahora también Facebook –que recientemente ha lanzado su marketplace-, están revolucionado el mundo y nuestros hábitos de compra.

La web nos presenta todo de forma sencilla, fácil, cómoda y conveniente, y nos acostumbra cada vez más a la idea de que es única e insustituible. Pero ¿es realmente oro todo lo que reluce? Detrás de tanta facilidad y simplificación de nuestra vida hay un costo que pagaremos quizá en el futuro. La pregunta que deberíamos empezar a hacernos es cómo estos marketplace están transformando al mundo y a nosotros mismos. Y es lícito plantearse si existe un lado oscuro de Amazon, Ebay, Alibaba y todo lo demás que nos amenaza.

Apenas hace unos meses, Jack Ma, fundador y presidente del coloso Alibaba, declaró en un discurso público ante una audiencia de empresarios que, en los próximos 30 años, Internet y la inteligencia artificial provocarán trastornos sociales con dolorosas consecuencias para el mundo. La difusión de las nuevas tecnologías tendrá un efecto impresionante sobre la economía y la sociedad, amenazando los antiguos sectores industriales y los trabajos tradicionales. Pensemos sólo en los robots que sustituirán a la casi totalidad del trabajo de manufactura, eliminando de golpe millones de puestos de trabajo en todo el mundo, con trágicas consecuencias para las familias de los trabajadores.

La intimidad: un derecho que se debe defender y proteger

Quizá este aspecto era conocido y ampliamente previsto desde hace años; en cambio infravaloramos a menudo otro, el relativo a nuestra privacidad. Amazon, Ebay, y también Google, Facebook y los demás gigantes de la new economy, basan su negocio en el conocimiento de nuestros datos personales. ¿Estamos seguros de que es bueno dar a conocer a Facebook nuestros gustos, o es oportuno que Google nos sugiera a qué pizzería ir o qué camino tomar?

La misma Casa Blanca lanzó hace unos años una llamada de alerta sobre la cuestión del “Big Data”, y pidió mayor protección y transparencia en la gestión de los datos personales de los usuarios por parte de estas empresas. El informe de la presidencia Obama apuntaba al océano de datos recogidos por empresas públicas y privadas, que pueden ser utilizados incorrectamente o incluso para fines ilícitos.
Habíamos hablado de este tema en su día para ver si existe un derecho de los ciudadanos a controlar sus datos que circulan en la red, y encontramos importantes diferencias entre Europa y Estados Unidos. En definitiva, la cuestión de cómo se utilizan nuestros datos por los gigantes de la web está todavía abierta y será fundamental para trazar el camino futuro de los derechos humanos.

Marketplace: un peligro para el pequeño comercio

Volviendo a nuestros marketplace, nos olvidamos a menudo de que, al preferir comprar online en vez de en el tradicional “offline”, hacemos todavía más poderosos a grupos que ya tienen poder y riqueza incalculables (como Amazon o Ebay), y más pobres a los pequeños comerciantes, a los detallistas, al librero de confianza o a la tienda de alimentación debajo de casa. Quizá deberíamos aprender a equilibrar nuestros hábitos de compra, recordando que debemos tener en cuenta otros factores, además del monedero, la comodidad y la rapidez.

Cuando nos planteemos la próximo compra, pensemos en que Amazon, en los últimos años, ha hecho diversas adquisiciones para ampliar su esfera de influencia como la de la sexta cadena de supermercados de los Estados
Unidos, Whole Foods Market, logrando una posición dominante en el mercado.

Además, como escribe el periodista Robinson Mayer de Atlantic: «En el pasado, las críticas a Amazon se centraron en la función Marketplace, que permite a los pequeños comercios vender sus productos en Amazon. Pero algunos comerciantes han acusado a Amazon de usar Marketplace como un laboratorio: después de recoger datos sobre los productos que se venden mejor, introduce
en el mercado productos concurrentes que cuestan menos, y los pone a la venta en su web».

En definitiva, nuestras compras equivalen a opciones, opciones muy importantes. Pensemos qué es más ético y más justo, no sólo qué nos conviene más.

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