¿Eres adicto a tu teléfono celular? Si la respuesta es no, quizás haya que pensarlo dos veces, porque ahora entre WhatsApp, redes sociales, apps de todo tipo, SMS e Internet, muchos de nosotros pasamos más tiempo con la cabeza inclinada hacia el smartphone que con nuestros ojos en el cielo o mirar a otros ojos.

Adicción al celular: investigación revela cuántas veces al día lo usamos

La adicción al teléfono móvil es una triste realidad. ¿Alguna vez te has preguntado cuántas veces al día levantamos el teléfono, aunque sea solo para ver si hay alguna notificación de advertencia en la pantalla o si alguien nos ha buscado? Aquí está el número promedio: 221 veces. Así lo revela una investigación inglesa del instituto OnePoll.

Según este estudio, la adicción al móvil es hoy un fenómeno extendido en cualquier país avanzado, independientemente de la edad, el sexo y la condición social. De media, comenzamos a utilizar el smartphone a las 7:23 de la mañana y terminamos a las 11:21 de la noche, para un uso total de casi 3 horas diarias. Estas horas multiplicadas por los siete días de la semana dan casi 24 horas. En la práctica es como si pasáramos un día entero a la semana interactuando con nuestro teléfono. ¿Y para qué lo utilizamos? Para acceder a las redes sociales, enviar correos electrónicos, escribir SMS, navegar por la web, utilizar aplicaciones y, por supuesto, realizar llamadas. El hombre es un animal social, necesita comunicarse continuamente con los demás, pero si no tiene cuidado, corre el riesgo de caer en la trampa de la adicción al móvil y la sobredosis digital.

Adicción al móvil: falta de conciencia

Lo verdaderamente sorprendente, sin embargo, es que no somos absolutamente conscientes del uso que hacemos de nuestro teléfono móvil. De hecho, pruebas específicas han demostrado que las personas utilizan sus teléfonos inteligentes el doble de lo que realmente creen. Y si se les señala el alto uso, ¡la mayoría lo niega firmemente!

Se perdió por completo la conciencia y el control sobre el vehículo. Usar nuestro teléfono se ha convertido en un automatismo al que ya no prestamos atención.

¿Qué pasa si nos quitan el celular? Eliminado Social el proyecto fotográfico de Eric Picksergill

El fotógrafo estadounidense Eric Picksergill pensó recientemente en subrayar el fenómeno de la adicción al móvil con gran ironía y humor. Con su proyecto Removed Social ha captado, en una divertida serie de imágenes, algunos momentos que nos retratan mientras utilizamos nuestro smartphone incluso en los momentos más íntimos. Prueba de que ahora estamos verdaderamente obsesionados con ello. De hecho, la galería de imágenes muestra cómo el teléfono ahora está presente en cada momento de nuestro día: mientras estamos en la mesa familiar, cuando estamos con nuestros hijos, en la cama antes de dormir o nada más despertarnos. La gran peculiaridad y originalidad de este proyecto radica en que el fotógrafo quitó el móvil de las manos de sus modelos. Sólo queda la pose cómica, la mano agarrando un teléfono móvil inexistente, una metáfora muy irónica de cómo nuestras herramientas digitales sólo nos dan la ilusión de comunicarnos con los demás y de tener una vida social, cuando en realidad nos alienan, porque nos impiden establecer relaciones reales y dialogar y discutir con personas reales.

Una nueva cultura digital: ¿es posible escapar de la adicción?

La pregunta básica entonces es: ¿estamos resignados a las continuas expectativas, ansiedad y dependencia de nuestros teléfonos móviles y de todas las herramientas digitales en general, o todavía es posible encontrar el equilibrio adecuado? ¿Nos enfrentamos a una desconexión cada vez mayor entre la vida real y la virtual, que está poniendo en peligro nuestras relaciones? ¿Vale la pena aprender a tomar buenas resoluciones digitales, quizás con pequeños sacrificios?

Para empezar a dar respuestas, es bueno ser conscientes de la necesidad de crear y difundir una «cultura» para el uso correcto y adecuado de los nuevos medios y redes sociales.

Es el primer paso hacia la construcción de una familia y una sociedad equilibradas, libres y saludables en nuestro futuro.

Falta una cultura para el uso consciente y consciente de los teléfonos inteligentes, tabletas y similares. Así como existe una vasta y extendida cultura por una alimentación correcta y saludable, que nos proteja de enfermedades y nos permita llevar una vida equilibrada, una “dieta” tecnológica es igualmente necesaria para evitar excesos nocivos que puedan dañar el cuerpo y la mente.

La reflexión que deberíamos empezar a hacer es ¿qué nos está quitando realmente lo digital? Por ejemplo en términos de capacidad de razonamiento y cálculo, memoria y atención. A qué valores importantes de nuestra vida, como la amistad, el amor o las relaciones interpersonales les está afectando.

¿Es posible salir de la dependencia del móvil y volver a poner la tecnología en su lugar, logrando encontrar una forma saludable de hacer convivir la sociedad de la información con aspectos de nuestras vidas que estamos descuidando? La tecnología no debe eliminarse, no tendría sentido y sería anacrónica. Pero hay que redimensionarlo y evitar usos inútiles, para recuperar el equilibrio perdido.

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