Martins y Wilson, de las universidades de Indiana e Illinois (Estados Unidos), realizaron una encuesta a escolares cuyos resultados pusieron de manifiesto una relación significativa entre la exposición a la “agresión social” en televisión y el incremento de la agresión social en la escuela.
Los autores entienden por “agresión social” la “violencia moral”, es decir la agresión no física, como sería el bullying, sino aquellos comportamientos que dañan la autoestima o la consideración social de los demás, como son los rumores, las críticas, etc.

Se trata del primer estudio que proporciona evidencia de que ver agresión social en televisión está relacionado con un incremento en la tendencia, entre los alumnos de escuela primaria, para llevar a cabo los mismos comportamientos con los compañeros en la escuela.

En Social Aggression on Television and Its Relationship to Children´s Aggresion in the Classroom en Human Comunication Research 1 (2012), pp. 48-71, señalan además que existe un amplio volumen de estudios sobre agresión física pero que, hasta la fecha, se ha prestado poca atención al comportamiento agresivo que es más sutil y de naturaleza relacional, por lo que hay pocos estudios anteriores en agresión social en niños. Los tipos de efectos que la exposición a las representaciones violentas en los medios pueden tener en los jóvenes espectadores han recibido poca atención empírica.

Una de las hipótesis planteadas por Martins y Wilson predice que podría existir una relación entre la visualización de programas con elevada agresión social por parte de los niños y el uso de la agresión social. Los datos del estudio revelaron que un grupo de variables demográficas contribuían significativamente al aumento de la agresión social en niños tales como bajos niveles de status socioeconómico, bajo rendimiento escolar y alienación y que la exposición a la televisión sí podía predecir la agresión social de los niños

Otra de las hipótesis plantea que la relación entre exposición a agresión social en televisión y la agresión social en niños podría ser más fuerte en niñas que en niños. Los autores descubrieron que la interacción entre sexo y exposición a la agresión social era estadísticamente significativa en el caso de las chicas pero no en el de los chicos.

Los resultados de este estudio se discuten en términos de las teorías de la cognitividad social y del procesamiento de la información. De acuerdo con la primera los niños pueden aprender observando los ambientes que les rodean y de los personajes de televisión, particularmente si son parecidos a sí mismos, son atractivos modelos a seguir y recompensados por sus acciones. Por ello es más probable que ocurra la imitación cuando los comportamientos observados son recompensados que cuando son castigados. Los autores llegaron a la conclusión de que ver programas que contienen una alta cantidad de agresión social, perpetrada por personajes atractivos, predijo una gran cantidad de ese tipo de agresión en las aulas entre las chicas, que están imitando y aprendiendo de los modelos socialmente agresivos en sus programas favoritos.

De acuerdo con la teoría del procesamiento de la información, que registra los efectos de la exposición a la violencia en los medios a lo largo deltiempo, centrándose en la adquisición y refuerzo de secuencias agresivas o rutinas mentales de eventos familiares guardados en la memoria, los autores concluyeron que los espectadores regulares de programas con niveles altos de agresión social adquieren y almacenan guiones que fomentan el uso de chismes e insultos en el aula.

Nota metodológica

La encuesta se realizó a una muestra de 527 niños de edades comprendidas entre los 5 a 12 años, siendo aproximadamente la mitad niños y niñas. Se seleccionaron dos escuelas de Vermillion County (Ilinois) sobre la base de diversidad socioeconómica. Fue llevada a cabo en los centros escolares durante las horas lectivas. El tratamiento estadístico fue el adecuado y se examinan variables moderadoras significativas. Los propios autores señalan limitaciones inherentes al estudio correlacional y, por tanto, la necesidad de la investigación longitudinal para evaluar si la relación se encuentra a lo largo del tiempo.

Este estudio hace una importante contribución al análisis de los comportamientos socialmente agresivos en las aulas y su relación con los contenidos violentos en televisión. Sus resultados son de especial interés para los padres y educadores ya que son una muestra más de que el consumo de contenidos violentos en los medios en tiene consecuencias directas sobre los niños, que pueden llegar a ser víctimas del rechazo por parte de sus compañeros, experimentar sentimientos de soledad y depresión y ver decrementada su autoestima, derivado todo ello de los comportamientos aprendidos e imitados de las pantallas por parte de los agresores.

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