Estamos celebrando la Navidad. Tiempo para compartir, para estar las familias unidas y – ¿por qué no?- tiempo para ver películas navideñas con valores intemporales pues, aunque pasen los años, el mensaje sigue siendo el mismo: pensar en los demás a costa de pensar menos en uno mismo.

Solo en casa. ¿Quién no recuerda al niño de los Mac Allister, Kevin? Su familia vive en Chicago y, por una discusión familiar, Kevin debe permanecer castigado en el desván.

A la mañana siguiente, con las prisas por tomar a tiempo el vuelo que les llevará a París a pasar las fiestas, olvidan a Kevin, quien se queda solo en casa.

El niño aprenderá a enfrentarse a un par de ladrones para defender su hogar al tiempo que vivirá la situación de soledad que implica no tener una familia, y precisamente en Navidad.

La gran familia. La familia Alonso son un matrimonio, sus quince hijos y un abuelo. En la película nos muestran, no sin cierta gracia, los entresijos de una familia numerosa: desde los quebraderos de cabeza para llegar a fin de mes hasta cómo se organizan para poder ir todos de vacaciones. Un filme mítico para estas fiestas que culmina con la pérdida del hijo pequeño, Chencho, precisamente la noche de Nochebuena.

Qué bello es vivir. Un clásico de Frank Capra, en el que se cuenta la historia de George Bailey, un hombre generoso y siempre atento con los demás. Hasta que, a consecuencia del Crack del 29, queda endeudado y decide tirarse por un puente; con la gran suerte de que su ángel de la guarda acude en su ayuda.
Su ángel le muestra lo que habría sido su vida si él no hubiera estado, lo que lleva a George a reflexionar sobre el sentido de nuestras acciones y de la propia vida.

Mientras dormías. Película romántica protagonizada por Sandra Bullock, una joven taquillera de metro enamorada en secreto de uno de los pasajeros. Pero la historia cobra un giro en el momento en que unos individuos lo tiran a las vías y ella se ve con el deber de salvarle la vida. En el hospital, como él está en coma, la toman por su prometida y el lío está servido. Ella descubrirá lo que es tener una familia al tiempo que conocerá lo que es estar realmente enamorada.

Family Man. Un hombre de negocios es capaz de renunciar al amor por estar obsesionado con su trabajo y una vida de lujo. Hasta que, tras un incidente con un personaje el día de Nochebuena, se encuentra viviendo otra vida, junto a su antigua novia a la que renunció para no obstaculizar su carrera profesional. Un guiño a la vida de familia y a tener un hogar en contra de una vida vacía y sin rumbo.

Se armó el Belén. Una monada de película infantil, fiel a la historia de la primera Navidad pero contada a través del burrito Bo. María y José se presentan muy bien caricaturizados al igual que cada uno de los animalitos que harán posible el nacimiento de Jesús en Belén.

Milagro en la ciudad. Tras un incidente en la carroza de Santa Claus, las galerías Macy deciden sustituirlo por otro. Kris cumple tan bien su papel que es contratado durante todas las fiestas, hasta que él mismo afirma ser el mismísimo Santa Claus. Un filme que saca a relucir las verdaderas creencias que guardamos en nuestro corazón.

Feliz Navidad. Basada en una historia real, en uno de los frentes de la I Guerra Mundial por un momento se dio un alto al fuego. Británicos y alemanes decidieron que la noche previa a la Navidad la pasarían juntos, sin tiros y en compañía. Incluso se cantaron villancicos y se jugaron partidos de fútbol.
Un gran ejemplo de hermandad y humanidad que llevó a los combatientes de ambos bandos a ser amigos por un instante.

Maktub. El protagonista, Diego, está en plena crisis de la mediana edad, su matrimonio hace aguas y la comunicación con sus hijos es prácticamente imposible. Hasta que un día conoce a Antonio, un chico de 15 años enfermo de cáncer pero con una vitalidad contagiosa. Gracias a su encuentro, y a un sinfín de coincidencias, Diego logrará superar su crisis existencial. Una película para reflexionar acerca de nuestro destino y de nuestra actitud ante las adversidades de la vida.

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