¿Cómo ayudar la familia a través de los medios de comunicación? ¿Cómo servirla, en vez de empobrecerla, en los programas de televisión? ¿Cómo hacer para que se comprenda el inmenso valor de esta micro sociedad para el bienestar de la humanidad?

Son algunas de las preguntas que, desde nuestro punto de vista, deberían acompañar a quienes pretenden “comunicar la familia”.

Pero no siempre aquellos que trabajan en los medios de comunicación tienen este espíritu…

Si la familia es presentada como una idea y no como una realidad

“Los medios de comunicación tienden a veces a presentar la familia como si fuera un modelo abstracto para aceptar o rechazar, defender o atacar, en vez de una realidad concreta para vivir–afirmaba el Papa Francisco, con ocasión de la XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en su mensaje sobre el tema Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor-o como si fuera una ideología de uno contra otro, en vez de que el lugar donde todos aprendemos qué significa comunicar en el amor recibido y donado”.

¿Cómo contrastar esta tendencia?

Escuchando a la familia, inclinándose hacia ella, dándole voz…en vez de anteponer nuestros estrechos esquemas conceptuales.

Un ejemplo de comunicación auténtica sobre temas inherentes a la familia

Telepace es una cadena televisiva italiana privada, que existe desde 1977 y que propone principalmente programas de carácter religioso, ofreciendo contenidos sobre la fe católica y contando las actividades del Papa, tanto en el Vaticano como durante sus viajes.

Esta cadena empezó en 2015 un programa, La familia, pensado precisamente para dar voz a esta maravillosa y compleja realidad.

Sin edulcorar las dificultades y las fragilidades con las que los esposos, padres e hijos deben enfrentarse durante el arduo camino de la vida, el programa muestra la importancia de una comunicación auténtica, del perdón y de la acogida.

Con la ayuda de invitados preparados, la presentadora, Sara Fornari, en cada programa dirige la mirada a un tema diferente, desde, por ejemplo, la comprensión de las familias heridas a la explotación de la maternidad subrogada.

El programa se emitió también en 2016, con un nuevo objetivo: mostrar la misión a la que está llamada la familia en la Iglesia y en el mundo. Y también en este caso el experimento salió bien, tanto que el programa continúa.

“Telepace” ofrece por tanto una contribución en el panorama de la televisión italiana; se pone al servicio de la familia, porque la polémica es sustituida por la reflexión; la división, por la búsqueda de soluciones.

Los medios de comunicación tienen el poder de ayudar a la familia


Si queremos que la familia sea la unidad de medida de nuestra sociedad, la institución pujante en las diferentes comunidades humanas, debemos comprenderla, cuidarla, sostenerla.

Debemos recordarnos y ayudar a recordar lo preciosa que es la salud de esta pequeña comunidad de vida para el crecimiento y la maduración de cada
persona.

Nadie puede desinteresarse del bienestar de la familia, esta toca de cerca de cada uno de nosotros porque todos lo experimentamos de alguna manera.

¿Y los medios de comunicación pueden hacer algo por la salud de la familia?

La respuesta es sí.

“Telepace” no es ciertamente la única cadena que muestra concretamente cómo la televisión puede ayudar a la familia.

Se puede pensar en el documental realizado en Estados Unidos por la Iglesia Evangélica, “Irreplaceable”, en el que se intenta descubrir la realidad y el significado de la familia
en el contexto actual.

Se puede pensar también en Tv2000 (televisión oficial de la Iglesia católica en Italia), que no se cansa de defender la dignidad y la vocación de la familia en el mundo.

Son muchos los ejemplos que se pueden presentar, porque son muchas las voces que se elevan a favor de esta maravillosa e insustituible realidad humana.

Y seguramente iniciativas similares animan y ayudan, porque explican cuál es la verdadera misión de la familia en el mundo: custodiar en el amor a todo ser humano y educarlo al don de sí.

Los medios de comunicación deberían servir la familia, en vez de servirse de ella para conducir las propias batallas ideológicas.

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