Los jóvenes redescubren la literatura
Hay algunas novelas que siguen estando presentes en nuestras librerías después de mucho tiempo. Novelas que cuentan una historia que nunca pasa de moda. Los grandes clásicos de la literatura, aquellos que a menudo redescubrimos, siempre tienen algo que enseñarnos, que revelarnos. Hay grandes historias hacia los que la juventud de hoy necesita redescubrir el gusto, la belleza y la sabiduría que albergan.
¿Cómo es posible redescubrir a los clásicos hoy en día, donde el continuo desarrollo de las nuevas tecnologías y el avance sin límites de las redes sociales parecen no dejar ni una migaja de espacio para la lectura? Como demostró McLuhan, todo nuevo medio de comunicación introduce una ganancia y una pérdida cultural al mismo tiempo. La generación actual, gracias a la mejora de los medios audiovisuales y al uso de Internet, ha cambiado radicalmente la forma de imaginar, aprender y razonar. Por eso hoy podemos decir que estamos en medio de una verdadera emergencia educativa, empezando por la forma en que se estudia la literatura en la escuela y en la universidad y, por lo tanto, como consecuencia, cómo leemos, o cómo no leemos.
La lectura parece desempeñar hoy un papel verdaderamente marginal en la vida de los adolescentes. Sin embargo, la situación de pandemia vivida en los últimos años y que ha supuesto un reto para nuestro ocio revela datos inesperados sobre los hábitos de lectura de los jóvenes.
GoStudent: una investigación revela los hábitos de lectura de los jóvenes
La plataforma de aprendizaje en línea GoStudent halló que, para más de la mitad de los jóvenes italianos encuestados, la pandemia tuvo un impacto positivo en sus hábitos de lectura: el 51% leyó más y sólo el 8% experimentó un descenso como consecuencia de Covid-19. Esta tendencia positiva también afectó a los jóvenes de otros países, como Turquía, México y España, mientras que la situación fue más crítica en Grecia y Alemania. Se llevó a cabo una encuesta en siete áreas internacionales, con un cuestionario suministrado a unos 1.000 padres de adolescentes de entre 11 y 18 años sobre los hábitos y preferencias de lectura de sus hijos.
De esta investigación se desprende que los géneros más populares son la fantasía y la aventura. Así, entre las historias más populares están Harry Potter, El Señor de los Anillos, pero también libros de Agatha Christie y Stephen King. Le siguen en popularidad las novelas de ciencia ficción, los cómics y el manga.
La encuesta muestra que muchos jóvenes dedican tiempo a la lectura porque se lo exige la escuela. Este hecho no es necesariamente negativo, pero nos hace reflexionar sobre la importancia del papel de la escuela en la educación de los adolescentes para la lectura de los clásicos de la literatura universal, que siguen jugando un papel fundamental en la formación personal.
El reto consiste en educar a los jóvenes para que lean las grandes novelas de la literatura no simplemente estudiando las relaciones entre los elementos de la obra, sino trazando la relación entre la historia y el resto del mundo. De hecho, la literatura amplía nuestro universo, nos estimula a imaginar otras formas de concebirlo y organizarlo.
Las investigaciones sobre la juventud y la literatura
La importancia de los clásicos también ha sido abordada por la investigación llevada a cabo por Family and Media, ilustrada en el libro Educating young people trough the classics – Love, Friendship and storytelling, donde se destaca el potencial educativo de las historias en el desarrollo del carácter de los jóvenes. Al igual que la investigación de GoStudent, Family and Media pretende investigar qué películas y libros prefieren los jóvenes, reconociendo la inteligencia narrativa como una respuesta adecuada a la emergencia educativa actual.
El aspecto original de la investigación se refiere a los grandes clásicos. La propuesta consta de seis grandes historias readaptadas para la gran pantalla y centradas en el tema del amor y la amistad, para ser presentadas a los jóvenes en una clave nueva y profunda, con el fin de estimular su conocimiento y lectura, y así redescubrir su gusto y belleza.
La adolescencia es ese periodo de la vida en el que los jóvenes definen su carácter y su personalidad. Por eso es importante ofrecerles las herramientas adecuadas para acompañarles en este proceso, herramientas que les ayuden a «leer» la realidad y el mundo interior que cada uno trae consigo.
Educar el gusto de los jóvenes es una ardua tarea en la que participan principalmente los padres. Pero no sólo. La escuela puede hacer mucho en ese terreno privilegiado de donde se puede sacar toda esa riqueza literaria que de otra manera se perdería. Hay una gran necesidad de profesores capaces y apasionados. Capaces en el verdadero sentido de la palabra, es decir, capaces de albergar conocimiento y dirigirlo a sus alumnos, involucrándolos con pasión. Es este círculo virtuoso el que permite al adolescente madurar y desarrollar su propia conciencia y su espíritu crítico. Sólo entonces se aprende de verdad. De lo contrario, se aprende de memoria y, tarde o temprano, se olvida todo.
Sólo queda, pues, desear lo que Todorov propone en la educación de los jóvenes: «¿Qué mejor introducción para entender el comportamiento y los sentimientos humanos que sumergirse en las obras de los grandes escritores que se han dedicado a esta tarea durante milenios? ¿Y qué mejor preparación para todas las profesiones basadas en las relaciones humanas? Si uno entiende la literatura de este modo y orienta su aprendizaje de esta manera, ¿qué ayuda más valiosa podría estudiar el futuro estudiante de derecho, o de ciencias políticas, o el futuro trabajador social o psicoterapeuta, historiador o sociólogo? ¿Tener como profesores a Shakespeare y Sófocles, Dostoievski y Proust no sería aprovechar una enseñanza excepcional?»