Krisenchat: el chat que ofrece apoyo psicológico a niños y adolescentes
Los chats, asociados a menudo con timos, dependencia, relaciones efímeras, pueden ser a veces valiosos instrumentos de ayuda.
Parafraseando un conocido refrán (no hay mal que por bien no venga), podríamos decir que las redes sociales a veces pueden ser muy útiles.
Con frecuencia nos concentramos en los efectos negativos que la hiper conexión tiene en nuestras vidas y, en particular, en los jóvenes, en las personas más frágiles y afectivamente menos estables.
Dependencias, distanciamiento de la realidad, miedo a las relaciones reales, vicios que son exaltados y se escapan a nuestro control.
Y eso no es todo: porque seguramente la lista de problemas generados o acentuados por las redes sociales puede ser aún más larga.
Sin embargo, también hay aspectos positivos.
Un chat, por ejemplo, puede ser la forma más fácil de llegar a los adolescentes con problemas.
Esto es lo que pretenden los promotores de Krisenchat, un chat alemán nacido en Berlín hace poco más de un año, para ayudar a los chicos en crisis, ofreciéndoles apoyo psicológico.
Un chat para ayudar a niños y adolescentes
“La idea se les ocurrió a tres chicos de dieciocho años la primavera del año pasado. Y hoy es una herramienta de apoyo para muchos jóvenes con problemas”, explica a la agencia italiana ANSA Bernd Janning, de 38 años, psicólogo y operador de la plataforma.
Llegar a los chicos con dificultades a través de una herramienta con la que pueden estar a gusto ha hecho que la iniciativa se convierta en un fenómeno de gran éxito.
Actualmente es el único chat de este tipo en Europa, pero otros podrían imitarlo y crear otros similares en sus propios países.
Janning explica la importancia de actuar: “de los chicos que se ponen en contacto con nosotros, uno de cada cinco tiene pensamientos suicidas “.
El chat no es una terapia, sino una especie de primeros auxilios
La pandemia, con el consiguiente confinamiento, agravó situaciones que eran ya problemáticas, magnificando los miedos y fragilidades; la depresión fue exacerbada por el aislamiento.
Krisenchat creció más de lo que sus propios creadores podrían haber imaginado nunca.
En parte porque a los chicos, a los que normalmente les cuesta pedir ayuda, les resulta más fácil hacerlo a través de una forma de comunicación que no les obliga -al menos al principio- a “dar la cara”.
Al escribir de forma anónima, sin tener que mirar al operador, se abren con más facilidad y encuentran el valor para contar sus problemas.
Janning dice: “Hoy tenemos 350 operadores y estamos activos las 24 horas del día, exclusivamente a través del chat. Tenemos un promedio de 5000 contactos por mes, pero ya se han superado los 10 mil más de una vez: desde el inicio, el número de mensajes intercambiados supera el millón”.
“Sin embargo, no somos una terapia”, añade.
El chat actúa más como una especie de primeros auxilios.
Solicitar ayuda fuera del chat
El propósito del chat no es reemplazar una ayuda en persona. Más bien sirve de orientación, de motivación para buscar ayuda.
“Le animamos a que hablen con alguien en quien confíen, ya sea un profesor o un pariente, si no tienen confianza en sus padres”.
El siguiente paso podría ser favorecer la transición del chat a una terapia real, tal vez en forma digital.
No es oro todo lo que reluce en Internet, pero a pesar de tanta podredumbre que circula por la red, también hay herramientas al servicio de la persona.
En lugar de demonizar la web, podríamos potenciar lo bueno que hay, tomar ejemplo de los promotores de este chat, y comprometernos para que la solidaridad prevalezca también en la web sobre la malicia y el narcisismo.